When Passion & Love Embrace

Capítulo 3



  -¿Y bien?- pregunta Mary, por unos segundos me quedo ahí, mirando la nada en busca de una explicación.
  -Acepté- logro decir sin mirarla. Sin esperar alguna pregunta me retiro.

***

  -Este es el estudio- dice Chris.
  -Ya quiero ver las recámaras, muero de sueño- dice Shannon seguido de un bostezo – No nos vendría mal un descanso antes de conocer a nuestra nueva vigilante- me mira, sabe que eso me hace sentir mal, después de su sermón de más de tres horas aquella noche, ya me había hartado.
  -Sí, espero y no lo arruines esta vez- y esa fue la gota que derramó el vaso.
  -¡Basta!- grito al fin, todos se quedan perplejos- ya sé que cometí un error, pero creo que estármelo reprochando no servirá de nada más que para empeorar mis ánimos- en ese mismo instante doy media vuelta y mis ojos se topan con algo increíble…como si estuvieran viendo lo  más hermoso en este mundo.
  -¡Madeleine!- exclama alegre Chris, dando enormes zancadas hacia ella- ¡Pensé que no aceptarías después de todo lo sucedido- y si, vuelve la culpa con cada reproche intencional o no.
  -Bueno- sonríe, vaya que sí es hermosa su sonrisa, al notar que la miro la quita rápidamente- no podía decepcionar al Sr. Ford.
  De repente un grito se escucha en toda la habitación, es Tomo, que corre hacia ella con los brazos extendidos listos para abrazar.
  -¡No Tomo!- Shannon, mi querido hermano corre detrás de él para evitar algo vergonzoso. Al final termina abrazándola fuertemente, tal vez haciéndola sentir incómoda.
  -Lo siento tanto- dice Shannon mientras espera a que Tomo se aparte- es muy cariñoso, le caíste demasiado bien aquel día.

No podía ver su rostro, no podía saber cómo me sentía en este momento. ¿Nervioso, molesto, confundido….incómodo? Puede y de todo un poco.

  -¡Jared!- grita Shannon, me hizo reaccionar, pero muy lentamente.
  -Creo que debes una enorme disculpa- la mirada de Tomo había cambiado de “tierna” a “seria”.
  -Será mejor que empecemos el trabajo, no pienso desperdiciar ni un segundo- y me retiro pude haberle pedido perdón de rodillas, llorar hasta escucharla decir esa palabra, pero no, no iba a caer tan fácil, o al menos no lo haría con Chris tratando de desaparecerme con la mirada.

¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Una hora? ¿Media? ¿10 minutos? Creo que el haberme metido a la habitación y quedarme completamente dormido no servirá de ayuda con mi mini discurso de “trabajar sin descanso” que di para evitar mi disculpa pública e incómoda.
  -¡Demonios Jared! ¡Abre esta maldita puerta!- escuchar a Tomo gritar de esa forma me hace sentir un completo extraño para él, y pensar que Madeleine lo ha transformado de esa forma.
No, he sido yo el culpable.
  -Lo siento Tomo, creo que fue el viaje de Francia a L.A- su mirada me hace querer gritar, o cerrarle la puerta sin importarme el dolor que le causaría en la frente.
  -Ojalá esta noche pueda dormir tan profundo como tú.
  -¿Cuánto tiempo?- pregunto mientras nos dirigimos hacia el estudio.
  -sólo media hora, pero vaya que no me escuchabas.
  -¿Ya se fue Chris?
  -Por supuesto, la única persona que se quedará en este edificio con nosotros es Madeleine.
  -Lo sé, aunque sigo sin creer que nos hayan dado un estudio como éste, sí que le interesamos a la industria.
  -Tomo- vaya que es buena para cambiar de gestos, cuando mira a Tomo es pura felicidad, pero se da cuenta que estoy a su lado y parece como si hubiera visto algo repugnante- por pura emoción del Sr. Ford, me trajeron sin cosas, así que, regresaré en dos horas.
  -¿Necesitas que alguien te lleve?
  -Oh no, gracias Tomo, pero tomaré un Taxi.
  -Pero nuestra camioneta es más segura- y ríen los dos, no sé si reírme con ellos o evitar que me miren feo.
  -En serio, estoy bien- y de nuevo esa sonrisa angelical.

***

  -¿Lauri?-  su mirada se oscurece al encontrase con la mía.
  -Pensé que no llegarías a tiempo.
  -¿A tiempo?- le hago señas al taxi para que se retire- ¿a tiempo para qué?
  -Dejé un recado en tu oficina, me voy Madde- y detrás de él veo dos maletas negras.
¿Irse? ¿Tan grave fue la pelea?
  -Necesito regresar a Finlandia por unos conciertos.
 Y mi agonía se detiene de inmediato.
  -¿Cuánto tiempo?
  -Tal vez lo que dure tu estadía con…
  -Ah, ya lo sabes- interrumpo sin saber qué más decir. Sólo logro bajar la mirada en señal de vergüenza.
  -Nena- se acerca con delicadeza y me rodea con sus brazos- sólo serán unos meses.
  -Lo sé, lo sé- y no puedo evitar abrazarlo y poder sentirlo cerca, poder sentirlo mío- Pero pensé que ya no te irías, aunque sea por unos meses, han pasado sólo unas semanas y tienes que regresar.
  -Igual no esperaba irme tan pronto- Logro sentir como me pega más a su cuerpo inhalando con delicadeza mi aroma- pero lamentablemente tengo que ir y venir, tú tienes tu trabajo aquí, pero el mío está en Finlandia.
No….al fin lo dijo, al fin dijo lo que siempre estará separándonos. Nuestros hogares están tan alejados.



Cuatro años, cuatro malditos años soportando todo esto, no digo que odie el trabajo que tengo, es perfecto; pero prefiero mil veces la vida que tenía en Finlandia a lado de Lauri.
  -Made…
Escucho decir a Tomo, que después de unos segundos logro darme cuenta de que está de pie frente a mí.
  -¿Qué?- logro decir sin esconder que estaba perdida en mis pensamientos.
  -Que si te ayudo con esta maleta.
  -Oh- bajo la mirada y veo. Una maleta, ni recuerdo haberla agarrado ¿qué tendrá dentro?- por favor- sonrío, no puedo moverme, no puedo decirle a mi cuerpo que camine como si nada, que camine ignorando mis pensamientos, ignorando mi confusión y tal vez el poco dolor que comienzo a sentir.
  -¿Estás bien Madeleine?
  - Muy bien Tomo- y vuelvo a sonreír, esta vez más creíble, o al menos eso imagino.

Logro llegar a mi habitación sin ninguna sorpresa de Shannon o Jared. Tomo deja la maleta junto a la cama y se retira. En cuanto cierra la puerta caigo rendida en la cama, no de cansancio, pero de algo que me está agotando físicamente.
  -Madeleine.
Esa voz me estremece al instante.
  -Madeleine- vuelve a decir pero esta vez toca a la puerta- ¿me dejarías entrar un momento?
Esto es nuevo, Jared pidiendo entrar a mi habitación…Inusual, raro, escalofriante, ¡No!, sólo es Jared Leto, un cantante famoso, actor y medio director.
  -¿Pasa algo?, ¿quieren comenzar de una vez las grabaciones?
  -No, no somos muy adictos al trabajo- sonríe y empiezo a dudar el por qué le abrí la puerta- vine para ver si gustas jugar Turista con nosotros.
¿Turista? ¿Jugar?...
  -Me encantaría pero…
  -¿Pasa algo?- interrumpe- Cualquier cosa puedes platicarlo conmigo, claro, si lo deseas, si te sientes cómoda y no me odias tanto como lo aparentas.
¡Y me hizo reír! Sacarme una tímida risa después de todo es algo de admirar.
  -¿Está diciéndolo en serio Sr. Leto?
  -Muy en serio señorita…
Y se calla al instante, obviamente recordando que ni siquiera sabe mi apellido.
  -Sra. Ylönen- digo.
  -Sra. Ylönen, exótico el apellido eh- vuelve a sonreír, pero esta sonrisa es más fresca, más juvenil, más divertida- Entonces… ¿platicar o jugar? Podemos hacer las dos, una después de otra, claro.
  -Me encantaría platicar- sonrío, esta sonrisa es tan natural que tanto Jared como yo nos sorprendemos.

¿Es posible poder pasar dos horas seguidas, sin silencios incómodos con él?
  -Ahora entiendo, y sé que no es momento, pero siento mucho lo que pasó. De haber sabido no lo  hubiera hecho, bueno, ni pensado.
  -No te preocupes, lo pasado es pasado…
  -Y siento más lo de Lauri- comenta enseguida, no sé qué sentir, pero si sé que me siento rara, me siento vulnerable al haberle contado.
  -Aquí están- dice Tomo estando en la puerta de mi habitación- ya llevamos dos juegos.
  -¿Ganados Tomo?- pregunta Jared con afán de molestar.
  -No- dice Tomo molesto- Shannon los ha ganado. Vamos, para ver quien le puede ganar.
  -¡No seas chillón Tomo!- se escucha por todas partes a Shannon gritando- ¡Apúrense, les ganaré a todos!

***

  -1, 2,3…4 ¡Diablos!- exclama exasperado Tomo, todos vamos ganando, excepto él.
  -Me sorprendes tanto Tomo, hasta Madde va delante de ti- y no sé si sentirme ofendida o no ante el comentario de Shannon.
  -Jared, controla a tu hermano, no quiero que haya hoteles volando. Madde, cancélale su cuenta, ha gastado mucho dinero-
Es inevitable aguantarse la risa por tanto comentario de ese tipo, yo sólo disfruto ver como Shannon y Tomo se molestan mutuamente.
  -¡Soy asquerosamente rico Tomo! Bien podría comprar a Madde y a Jared-  Shannon imita la risa de   algún malo de Disney.
  -Eres rico porque me cobras cada vez que mi avión pisa un maldito país tuyo.
  -Debería haber policías en este juego- sugiere Jared mientras se levanta.
 La alfombra, la mesita, el calor que proviene del chocolate caliente que nos ha preparado Tomo, todo eso y más me hacen sentir bien. Mientras siguen discutiendo checo mi celular esperando encontrar un mensaje de Lauri, como siempre hacemos al estar lejos, pero no encuentro ninguno. De seguro aún no llega, sí, en el avión no se puede mandar mensajes, no.
  -¿Más chocolate?- pregunta Jared al volver con una taza llena.
  -Por favor- y me mira curioso- ¿pasa algo?
  -Te hubiera preguntado cuando fui a llenar la mía, ahora tengo que regresar, qué desconsiderado soy.
  -Primero tú y ya luego los demás.
  -¡Exacto! Tengo que dejar de pensar así- regresa a la cocina.
 -¡Ahora sí!
Me quedo pasmada, Tomo se lanza encima de Shannon, sorprendentemente sin tocar el juego, casi puedo asegurar que voló hacia él. Sus golpes no parecen tan fuertes, pero al ver a Jared viéndolos sin dejar de reír ya no me preocupo.
  -¿Siempre hacen eso?- pregunto al aceptar la taza de chocolate.
  -Es raro no verlos pelear o reírse de mí o reírse juntos- y es agradable verlos tan relajados.


Sé que faltan cinco minutos para que mi despertador suene y el trabajo comience, pero mi celular suena de repente. Muevo mis manos tan rápido pensando que podría ser Lauri.
-Amor...- digo adormilada.
-¿Madeleine? soy Mary- y abro mis ojos de par en par sintiéndome avergonzada por no ver antes el número del que me llamaban.
-Mary... ¿a qué se debe tu llamada?
-Vino un hombre- hace una pausa corta para suspirar- ¡guapísimo! preguntando por ti.
-Entiendo...
-Me dijo que no te dijera su nombre, pero que irá a verte.
¿Quién podría ser?...¿Matt?
-¿Le diste la dirección verdad?
-No me pude contener amiga, sus ojos me cautivaron al entristecerse por no encontrarte en tu oficina- sonrío inconscientemente.
-Ok, gracias por avisarme Mary, nos vemos pronto- y cuelgo para volverme a acomodar, justo cuando logro hacerlo, el despertador suena- ¡Demonios!

De nuevo la ducha era el lugar indicado para perderme en mis pensamientos.
Ahora no sólo se trataban de Lauri, sino de Jared, no puedo parar de pensar que tal vez hice mal en confiar en él anoche.

-Hola.
Salto del susto, casi suelto la toalla.
-¡Shannon! ¿Qué haces aquí?
-Siento si te espanté- noto que me mira de arriba hacia abajo y no puedo evitar sonrojarme al estar cubierta en una sola toalla con el cabello escurriendo- Sólo vine a avisarte que tienes una visita- se levanta de la cama, se acerca un poco y sonríe- te esperamos para desayunar- y sale cerrando la puerta detrás de él.

No tardo más de 10 minutos y ya me encuentro parcialmente arreglada, unos pantalones de vestir color negro con pretina de 15 cm  y una camisa holgada blanca metida en la pretina me hace ver más delgada y elegante, lo único que alcanzo hacer con mi cabello es amarrarlo en una coleta sin importar que siga húmedo. Salgo dando zancadas por todo el edificio hasta casi llegar a la entrada, donde Tomo me detiene.

  -Made, el desayuno ya está listo- dice sonriente y con un delantal representando lo buen chef que de seguro ha de ser.
  -Tomo, desayunaré en cuanto reciba mi visita- dijo regresándole la sonrisa.
  Él asiente y se retira. Al abrir la puerta busco con la mirada algún automóvil que reconozca, pero no hay ninguno.
  -No es Matt- dijo para mí misma.
  -¿Entonces esperabas a Matt?- volteo rápidamente y no puedo evitar quedar sorprendida, maravillada, impactantemente feliz al instante.
  -¡Ville!- me lanzo a sus brazos que se abren velozmente para envolverme de cariño – te extraño tanto- susurro, aunque no sé si me escuche o no pero no dejo de hundir mi rostro en su pecho.
 -Yo también te extraño demasiado- se limita a decir por unos breves segundos- espero y te hayan llegado todas las cartas.
  -Cada una de ellas- alzo la mirada y me vuelvo a encontrar con esos hermosos ojos verdes que me miran intensamente- ¿recibiste la última?
  -Hace un par de semanas, es frustrante estar esperando respuesta, pero a la vez interesante, ya nadie se escribe cartas y es lo único que me pides que haga para comunicarme contigo.
  - No quería volverme adicta al “chat” y estar pegada al celular todo el tiempo platicando contigo.
  -¿No te parece más práctico?
  -Pero prefiero que sea única nuestra comunicación Ville- y por alguna  razón seguimos abrazados, mirándonos fijamente y sonrientes- y bien, cuéntame ¿a qué se debe tu visita inesperada? No la mencionaste en la última carta.
  -De hecho sí- sonríe- pero…- esculca en uno de los bolsillos de su chaqueta y saca un sobre- te acaba de llegar- y extiende su mano para que la tome.
  -¡Oh! Entrega personalizada- la tomo y la miro fascinada, como con cada una de sus cartas- ¿te he dicho que me encanta tu caligrafía?
  -En cada carta, es lo primero que escribes- y no dejamos de sonreír, es…es como si fuera necesario para comunicarnos.  
  -La leeré esta noche ¿cuánto tiempo te quedarás?
  -sólo un par de días, Mikko desea verte, bueno, todos quieren venir a visitarte.
  -Yo igual muero por verlos de nuevo.
  -¿Y Lauri? Pasé a tu casa y…
Hace una pausa, se concentra en mi rostro y frunce el ceño confundido.
  -¿Pasa algo?
  -No, no pasa nada, es que…
Y no sé cómo decirle, o si decirle.
  -¡Lo sabía! Debieron quedarse en Finlandia- sí, captó de inmediato, supo lo que pasaba, lo supo con tan sólo mirarme.
  -Sabes que no puedo regresar, no aún.
  -Pueden irse todos…
  -No quiere, no se irá, se quedará justo donde mi madre.
  -A Matt le fascinaría vivir allá- comienzo a preguntarme en qué momento dejamos de abrazarnos, me toma de la mano y me atrae hacia él para consolarme, no necesito llorar para que lo haga, sabe el momento indicado para hacer todo, para hacerme sentir bien en todo momento.
 -Iré a visitar a tu padre esta tarde, Madde, espero puedas asistir y si no, tu padre te contará después.
  -le encantan tus visitas- de nuevo vuelvo a posar mi mejilla en su pecho- haz que se distraiga, se la pasa esperando una llamada, de Matt o de…
  -No lo digas- interrumpe justo a tiempo- ¿tienes algunas horas libres en este…proyecto?
  -De hecho sí, desde las 5:00 pm hasta las 10:00pm.
  -Vaya… ¿te quedas a dormir aquí?
  -Lo sé, es extraño, pero no tuve opción.
  -Creo que es momento de que me retire cariño- alza delicadamente mi barbilla para que vuelva a verlo de cerca y sin dejar de sonreír mira hacia arriba- un amigo tuyo no deja de vigilarnos.



Capítulo 2



  Pasa más de 30 minutos, mi esperanza termina, apuesto a que un policía viene en camino, esos famosos son capaces de todo-No puedo- me digo a mi misma, no puedo seguir esperando mi destino, así que me levanto, necesito refrescar más mi rostro, me dirijo hacia el baño que está al fondo del pasillo a mano derecha, al entrar lo primero que agradezco es que está vacío, me acerco al enorme espejo y me veo, sigo un poco roja de las mejillas, me tiemblan las manos, al ver mi cabello opto por volverlo a amarrar en una coleta, mojo con abundante agua mi rostro. Sin secarlo miro fijamente el lava manos, siento como escurren las gotas e intento mantener firmes mis brazos que sostienen mi peso a los lados del lava manos, al suspirar me levanto de golpe, es momento de volver a mi oficina e intentar enfrentar lo que me espera.

  Estoy a punto de llegar a mi oficina, pero no puedo, así que intento seguirme de largo, irme a mi casa y esperar a Lauri. Faltan pocos centímetros para pasar la puerta de la oficina que se encuentra abierta – curiosamente recuerdo que la había cerrado al salir, pero no pongo atención a ese detalle-, e intento seguir caminando hasta que siento que me toman del brazo izquierdo y me jalan hacía adentro. Todo pasa muy rápido, cuando me doy cuenta, estoy acorralada entre la pared y Jared que me mira fijamente mientras respira con dificultad, la puerta que sigue abierta nos tapa de mi lado derecho haciendo ver vacía la oficina si se ve desde afuera.
  -¿Qué está haciendo?...
  -Sabes que te están buscando…
  -Claro que lo sé…
  -Pero para que te pida disculpas- intento decir algo, pero no sale nada de mi boca, es totalmente lo contrario a lo que esperaba.
Se aleja dándome mi espacio y suspira
  -Lamento mucho haberte dicho esas cosas, haberte jalado y acorralado como si fueras mi posesión- y lo último no me agrada- Lo lamenté más cuando supe que eres casada- y baja un poco la mirada, de seguro demasiado apenado- estoy dispuesto a disculparme también con su esposo y…
  -¡No!- exclamo sin pensarlo- con esto está bien- intento sonreír- pero no cambiará nada, no seré amable- y sigo diciendo mis reglas sin importarme sonar muy fría.  Al final él asiente y de inmediato recuerdo que después de esto, si llega a firmar el contrato, estaré viéndolo todos los días y la idea me frustra de tan solo pensarla.

***

  Mi cabeza da vueltas, no logro descifrar el por qué hice semejante estupidez. Shannon es el primero que se acerca rápidamente al verme entrar.
  -¿Estás loco?- dice, por supuesto, demasiado molesto- más te vale que la encuentres y te disculpes.
 -Ya lo hice- y Chris voltea a verme al escucharme- la encontré en su oficina, está todo arreglado- y Chris sale inmediatamente de la sala.
 -Esta vez si te pasaste- comenta Tomo- recuerda que no todas las mujeres son iguales a las que frecuentas- y no me defiendo, esta vez no tengo ganas, me siento mal y logran hacerme sentir peor  
 -Firmaremos- logro decir finalmente, Emma se acerca confundida.
  -¿Estás seguro? Tengo entendido que si firmas la verás todos los días ¿Eso no te hará sentir peor?
   -Emma, no me digas lo que ya sé- y asiente- firmaremos porque es un buen contrato, dejaré atrás si aquella mujer me odia o no, lo profesional ante todo.
  -Sí, ante todo- dice sarcásticamente Tomo que se encuentra cruzado de brazos.
  -Bueno, si es lo que quieres, acepto- dice Shannon- necesitamos empezar lo antes posible.

***

  -No quiero trabajar con ellos- el Sr. Ford me mira detenidamente.
  -Han aceptado firmar, no han  dicho nada de querer cambiarte…
  -No pueden- le interrumpe el Sr. Ford a Chris- viene en el contrato que será solamente ella, ¿Estás segura Madeleine?
  -Después de lo que pasó creo que esa pregunta sobra- y me impresiono por contestarle de esa forma.
  -Tienes razón- sonríe y se dirige a Chris- diles que habrá otra persona en su lugar- y Chris se retira, estoy a punto de retirarme detrás de él- Espera- y tengo que detenerme- si por alguna razón deseas retomarlo, sólo tienes que avisarme.
  -Lo dudo señor, pero gracias- y salgo lo más rápido que puedo.



Ha terminado el día y antes de poder decirles a mis amigas que Lauri vendrá por mí por segunda vez, mi celular suena.
  -Hola….
  -Amor, siento mucho esto, pero no podré ir por ti- y cuelgo, no me gusta escuchar las excusas, ciertas o falsas, no me gusta.
  -¿Era Lauri?- pregunta Jane.
  -Tendré que irme en Taxi- y notan lo triste que me encuentro.
  -No- dice rápidamente Jane.
  -¿No?- pregunta Judy confundida- es la única opción.
  -No- repite Jane-  yo te llevo- dice al fin.
  -Oh no, en serio, puedo tomar un taxi- trato de zafarme de su propuesta, lo único que quiero es estar sola en todo el camino a casa.
  -¿Y si mejor nos acompañas a cenar?- y la propuesta de Mary me es totalmente rara.
  -¿Irán a cenar?- y las  miro a todas.
  -Oh no- prosigue Mary- iré con un…amigo- y veo como se le iluminan los ojos de tan sólo recordarlo.
  -Creo que entonces paso.
  -¡No! ¡Él quiere conocerte Madeleine!
 
Y después de tantas suplicas de Mary, termino acepando ir a cenar siendo seguramente un estorbo para ellos. Cuando llega el automóvil en el que se encuentra su “amigo” noto que alguien se acerca y al instante me pongo tensa.
  -¿Es…?- pero Mary no logra terminar la pregunta cuando su amigo baja del automóvil, le dedica una hermosa sonrisa y se acerca a platicar con el otro hombre que se ha acercado.
Están a sólo 5 metros lejos de nosotras que sin razón alguna nos quedamos inmóviles. Traro de verle el rostro al hombre, pero la oscuridad y la poca luz en el estacionamiento no me ayudan.
  -¡Es Jared Leto!- exclama Mary mirándome perpleja.
  -¿Serías tan amable de decirme quien es tu “amigo”?
  -Se llama Ian…Somerhalder- y entiendo por completo.
  -¿En serio? ¿Lo lograste y no me contaste nada hasta ahorita?
  -Pensé que no lo haría, sólo pasé una semana en el set de LOST. Y te quiere conocer, quiere…
  -¡Mary!- exclama Ian acercándose a nosotras con Jared a su lado, quien me ve y su sonrisa desaparece. La abraza y voltea a verme- He invitado a Jared a cenar, para que seamos más- lo dice tan alegre que no me puedo oponer y salir corriendo, aunque se nota perfectamente que no estoy de acuerdo, ni  tampoco Jared.
 
Al final no logro abogar a mi favor e Ian termina convenciéndome, desafortunadamente está muy acostumbrado a visitar lugares demasiado caros en L.A y temo encontrarme con algún paparazzi. AL salir del automóvil noto que Ian se encuentra a mi lado, demasiado a mi lado.
  -No era mi intensión hacerte sentir incómoda- susurra mientras nos dirigimos hacía la entrada del restaurante, volteo buscando a Mary y la veo platicando entretenidamente con Jared a 5 metros detrás de nosotros.
  -No te preocupes…Ian- sonrío dándole a entender que todo está bien aunque mi voz diga lo contrario.
  -Todas aman a Jared, pensé que tú igual.
  -Pues, creo que te has dado cuenta que no soy así- y esta vez él sonríe.
  - Eso esperaba.
 

El restaurant es demasiado hermoso, cómodo y alegre, da la impresión de tener diferente comodidad en el día como en la noche. Y por supuesto, tenemos lugar apartado, exclusivo como a Ian le ha de gustar.
  -Espero les guste este lugar, alejado de las demás mesas para tener un poco de intimidad.
  -Está perfecto- y escucho hablar por primera vez desde nuestro cruce de miradas molestas en el estacionamiento.
  -Ya has de estar más que acostumbrada a estas cosas- comenta Ian dirigiéndose a mí mientras nos sentamos, lamentablemente, quedo junto a Jared, y al otro lado junto a Ian.
  - ¿Por qué debería?
  -Por tu esposo- explica haciéndome sonrojar al recordar lo sucedido con  Jared.
  -Oh, no, no solemos hacer este tipo de cosas- y trato de pensar en cómo explicarlo- somos muy sencillos, sabes…
  - Lauri prefiere llevarla a casa, y pasar agradables ratos con su mejor amigo en común- agrega felizmente Mary, se ve emocionada aunque impaciente porque Ian se dirija solamente a ella y nadie más, y comprendo, me gustaría que dejara de comentar este tipo de cosas. Antes de que Ian pregunte otra cosa, el mesero se acerca y cada quien se concentra en qué pedir, para mi suerte, todos pedimos algo ligero, natural, justo como todos deberían de comer diariamente.
  -Vaya, un grupo de gente sana- bromea Jared al mesero quien se ríe al reconocerlo, de seguro feliz porque Jared le haya dirigido la palabra. De momento, noto que Mary e Ian están demasiado concentrados en una plática entre ellos, dejándome sola, o al menos con Jared al lado que se limita a jugar, o lo que sea con su BlackBerry.
-¡Demonios!- expresa Jared, al verlo noto que se ríe y no entiendo el por qué dijo esa palabra. Sin dejar de sonreír se voltea a verme y me acerca su BB- mira, esto sí que es arte.
Y me enseña una fotografía, en ella aparece Shannon y Tomo haciendo muecas, lo cual me causa risa al instante- sabía que te reirías, les encanta estarse tomando fotos así, es su arte además de la música- sigue diciendo sin importarle si no nos caemos bien, en este momento todo eso desaparece.
  -De seguro tú igual te las tomas- trato de seguir con la conversación.
  -¡Pero por supuesto!- exclama feliz, maravillado- tengo muchas aquí- y me sigue enseñando varías fotos. Mi enojo se apacigua por completo, hasta me dan ganas de hacer las paces, pero antes de soltar esas palabras, unos paparazzis logran entrar rápidamente al restaurante y nos rodean. Todos hablan al mismo tiempo y no logro entenderles, tanto Mary como yo nos confundimos fácilmente, pero al parecer los chicos  no, y hacen lo que los paparazzis quieren, en Ian se ve tierno, Mary feliz, pero en cuanto lo hace Jared me pongo roja, tanto de la pena como del coraje, espero a que estemos de nuevo solos y en eso noto que la comida ya está en la mesa, aunque no sé cuánto tiempo lleva ahí.

Y justo cuando ya no hay ninguna cámara apuntándonos, me levanto, le pido disculpas a Ian y a Mary y salgo casi corriendo, una caminata rápida y precisa. De todas maneras terminé con mi viaje en Taxi a casa, escuché algunos gritos de unas personas, de seguro la gente que tomó esa foto, curiosas por saber qué había pasado para verme salir tan rápido.
  -Lauri- dijo casi helada, lo encuentro sentado cerca de la puerta que se encuentra entreabierta, tiene la vista fija en su celular lo cual me hace reaccionar.
  -Siento mucho no haber podido ir por ti- lo dice tan triste- y me colgaste- y no logro contrastarlo, sé perfectamente que estuvo mal haberle colgado, pero me conoce, tiene que conocerme- entra, hace frío- y sigue sin verme, tiene pegada la mirada en el celular, en algo que le está llamando mucho la atención.

Hago lo que me dice, al entrar a la casa la siento completamente sola, como si su presencia ahora dejara de bastar para mí.
  -¿Pasa algo?- pregunto desde la sala, me siento en el sofá que me da una vista clara de su cuerpo  e intento pensar en qué hacer.
  -No sé cómo explicarlo- comienza a decir- si no lo digo bien puedo parecer un idiota celoso- con esas palabras comienzo a descifrar lo que pasa.
  -¿Tan rápido está la foto en internet?
  -¿Cómo es que puedes decirlo tan fácil?- y se levanta para dirigirse hacia mí con una mirada demasiado extraña en él.
  -Puedes estar seguro de que…- y me doy cuenta de que no, no puedo decir que le di su merecido a Jared porque no fue así.
  -¿De qué? ¿De que cualquier hombre te puede andar besando?
  -No fue un beso, no en la boca.
  -¡Pero si demasiado cerca!- y grita,  tan frustrado que suelta su celular y sale volando por toda la sala hasta estrellarse justo cerca de la pequeña mesa en donde hay varías fotos de la familia. Jamás lo había visto de esa forma.
  -Lauri- logro decir en medio del susto, del pánico que me da al verlo de esa manera. Se desploma en el sofá, posa sus codos en las rodillas y tapa su rostro con las dos manos mientras yo sigo de pie inmóvil sin dejar de mirarlo.
  -Lo siento- lo dice tan suave que apenas y logro escucharlo, se quita las manos del rostro y me mira, me impacto al verle los ojos llenos de lágrimas- no debí gritarte…
  -No, Lauri…ya pasó- intento calmarlo con mi voz, dulce y sincera.
  -¿Y si vuelve a pasar? No quiero volver a asustarte, vi tu rostro…
  -Lo sé, sé que fue incorrecto que lo hicieras, pero te entiendo.
  - Necesito saber que estamos bien- al fin lo dice, justo lo que no quería escuchar en un momento como este, no después de haber pensado en la rutina en la que nos hemos metido.
  -Estamos bien- decido decirle.
  -¿Segura? Ni siquiera te has acercado para consolarme, lo harías si estuviéramos bien - y por alguna razón no encuentro su lógica en eso, tal vez la tenga y no quiera verla, o simplemente se esté equivocando- ¿Me tienes miedo?
  -No….por supuesto que no- y bajo la mirada. No estoy del todo segura y eso me asusta aún más- soy culpable de todo esto- y sin pensarlo más lo dejo en la sala.

El agua caliente me tranquiliza físicamente, mientras mi mente se esfuerza pensando en muchas cosas, detalles que pueden cambiar todo lo que conozco hasta ahora. De repente Jared aparece en mi cabeza y me dan ganas de ahorcarlo, el coraje vuelve a mí tan rápido y noto como mi mano derecha aprieta el jabón tan fuerte que está a punto de partirlo a la mitad.
  -Made…- escucho a Lauri, dejo el jabón rápidamente en su lugar y pongo atención. Cierra la puerta y camina hacía la regadera hasta que puedo ver su sombra en la cortina. No necesito decirle nada, ni él a mí, sin pensarlo, entra a la regadera y siento que me abraza por detrás.
  -¿Traes ropa?- pregunto con intensión de regañarlo.
  -No importa- y comienza a besar mis hombros- te amo- y no sé qué decir, no tengo el valor de apartarlo y decirle que yo soy la que tiene que pedirle perdón.
  -Yo también te amo Lauri- me volteo para mirar su rostro esperando no ver más lágrimas en él.
Está completamente mojado y de inmediato me da ternura su rostro triste y cariñoso así que no puedo evitar tocar sus mejillas con mis manos sin quitarle la mirada de la suya, y lo beso, siento como el agua cae entre nuestros labios y la saboreamos, sin despegarme por completo de ellos le sonrío- estamos bien.

***

  -Pensé que era broma lo de dejar la puerta abierta para que pudiera entrar.
  -Ya estás aquí.
  -Sí, pero ¿Por qué? Pudiste abrirme en cuanto tocara a la puerta.
  -No sé qué hice- digo sin rodeos, sé perfectamente que Eero ya está preocupado de tan sólo verme sentado en el jardín con una cerveza y una cajetilla de cigarros a mi lado.
  - Vi la foto- dice rápidamente- no es nada comprometedora.
  -No me importa si lo es o no, me importa que el anillo no sirva de nada.
  -De seguro Madde ya te lo explicó todo.
  -Sí, y peleamos- se sienta a mi lado, agarra un cigarro y lo enciende, volteo a mirarlo- al final todo quedó en que “estamos bien”.
  -¿Y eso es malo? – No respondo, pero sé que comprende mi silencio -nadie te separará de ella, te ama, y eso es lo que importa.
  - Tengo miedo de que yo sea quien la esté alejando.

***

  -Madde…
  -No Mary- la miro fijamente, esperando a que después de una hora deje de molestarme con ese tema- le pediré disculpas a Ian personalmente, pero no tomaré ese trabajo.
  -Sé que fue un estúpido por haber dicho semejante cosa, pero…es Jared.
  -¿Y?... ¿A caso se te olvidó lo que hizo en la cena? 
  -No me digas que…- y comprendió con tan sólo mirarme, estaba mal, triste- ¿Lo vio Lauri?
  -Él y miles de personas más.
  -Pensé que- comienza a decir, pero de repente calla, sabe que, a pesar de todos los años de amistad, no conoce tanto a Lauri como a mí- lo siento mucho- dice al fin.

Exhalo sin ganas, tengo mucho papeleo por arreglar. Los días siguieron iguales en el trabajo, ya nadie más molestó con ese tema, solamente faltaba firmar un contrato y estaría libre el resto de la tarde.

  -Muy buenas tardes Mary- digo tan alegre, su mirada se estrella con la mía, se nota su curiosidad por saber el motivo de mi alegría, aunque en realidad no tenga uno.
  -El Sr. Ford desea platicar contigo.
  -¿Desea? – pregunto curiosa, más que ella.
  -De hecho, estuvo a punto de mandarme a buscarte, pero, aquí estás- sonríe- así que, entra.
Tomo unos segundos para pensar rápidamente en lo que podría decirme al cruzar la puerta. Sin darme cuenta, Mary me jala hacia la puerta, donde al abrirla desaparece para dejarme sola.
  -Sr. Ford…
  -Sé lo del restaurante- ¡Mierda! Este hombre sabe todo lo que les pasa a sus trabajadores- Entiendo que si te lo vuelvo a pedir, te niegues, pero no lo tomes de esa forma, piensa en que es una muy buena oportunidad.
  -Y para crecer hay que sacrificarse- digo sin pensarlo, pero él sonríe.
  -Exacto Madeleine…Antes de que aceptes, necesitas saber que no es como cualquier trabajo que Chris ha hecho- hace una breve pausa para examinar mi mirada totalmente confundida – Esta vez no será de ir y vigilar, sino de vigilar y…
  -Creo que debería de ser directo- interrumpo.
  -Tienes mucha razón- se levanta de su asiento, arregla su elegante saco y toma un poco de su vaso- Vivirás con ellos por los meses que tarden en crear el Cd.


Y me quedo totalmente helada, ¿quedarse? ¿A qué se refiere con quedarse?  Algo nuevo en la empresa, de eso no hay duda, pero ¿por qué yo tengo que estrenar aquel método de trabajo? Si aguantarlo 2 horas para mí ya era el infierno, no me imagino lo que sería vivir con él.

Capítulo 1

 Sólo una hora, una escasa hora a comparación de todas las que ya he esperado para verlo, el bajar más de veinte  pisos en elevador se me hace agotador. Mientras espero su descenso, ojeo los papeles observando los sellos, uno en cada hoja listos para ser firmados.
   -Madeleine- dice Sofía entrando al elevador, mirándome de arriba hacia abajo, como de costumbre, para encontrarme algún defecto.
  -Buenas tardes Sofía- cortó la plática y salgo rápidamente. Sin detenerme ni distraerme llego a la oficina principal en donde saludo a la secretaria del jefe, Mary, mi amiga desde mi ingreso a este empleo.
   -Justo a tiempo- sonríe para indicarme que el Sr. Ford está disponible.
   -Buenas tardes Sr….
   -Vamos Madeleine, no gastes tiempo en saludos, supe que hoy llega, así que, firmo y quedas libre- sonríe, el Sr. Ford ha sido muy amable conmigo desde mi llegada.
   -Muchas gracias- le dedico una sonrisa perfecta para luego salir satisfecha.



  -Saben, es difícil trabajar para Virgin Records…
  -¿Qué? ¿Estás loca?- Mary parece totalmente confundida ante mi comentario.
  -Lo siento, pero para mí es así.
  -Y no te culpa- agrega Judy- pero tienes el trabajo de tu padre, yo quisiera tener ese trabajo.
  -Sólo espero y se recupere pronto- todas asienten, caminamos en silencio por unos cuarenta y cinco  segundos.
  -Vaya, ahora entiendo tu prisa por salir temprano- cuando Jane termina de hablar escucho el automóvil de Lauri estacionándose.
  -Por eso te es difícil este trabajo- dice Judy- a nosotras no, por los famosos que vemos, pero tú ya tienes uno en casa- y no puedo evitar sonrojarme mientras ellas se ríen y me abrazan.
  -Solo esto me faltaba- Lauri anuncia su llegada llamando la atención de todas mis amigas- ver a tanta hermosura frente a mí- y logra cautivarlas mientras alza sus brazos en señal de querer abrasarme, lo único que logra es hacerme sonrojar aún más- Te extrañé tanto- me acerca hacía él, me rodea con sus brazos y me hace sumergirme en un largo y tierno beso de bienvenida.
 
  Cuando me doy cuenta ya estoy en la puerta de la casa, esperando a que Lauri abra para ponernos cómodos.
  -Antes de ir a tu trabajo, pasé a ver a tu padre- me sorprende, sabe que mi padre no lo soporta y me pongo tensa al instante, voltea para ver mi reacción.
  -No pasó nada malo- trata de sonreír- no me gusta verlo igual a como lo vi la última vez que estuve aquí.
  -Sabes que es por Matt, pero esta vez no creo que llegue a recuperarse tan rápido como las demás veces.
  -Algún día ustedes dos- refiriéndose a mi padre y a mí- dejarán de cuestionar a Matt- se acerca después de dejar sus maletas junto a las escaleras, me acerca a él y pasa sus suaves manos por mis mejillas- Él salva vidas, deberían de admirarlo por trabajar tan duro.
  -No me gusta la idea de no poder verlo jamás.
  -Eso es ser pesimista, es muy bueno en lo que hace, por algo tu madre siempre le dio su apoyo- sonrío, pero se da cuenta de lo fingida que es sabiendo que ha mencionado a mi  madre- Este tema no es buen inicio después de tantos meses sin verte- sus labios se unen con los míos haciéndome olvidar todo.
  -Será mejor que subamos y nos pongamos cómodos- sonrío sin despegar mis labios de los suyos.
 

  A la mañana siguiente despierto acomodada en su pecho, él se encuentra acariciando mi cabello mientras me ve dormir y justamente cuando ve mis ojos abrirse me regala una sonrisa de mejilla a mejilla.
  -Buenos días amor-esbozo una larga sonrisa tratando de despabilarme, sintiendo su presencia después de muchos días de soledad. No dice nada más y pega sus labios a los míos -¿Dormiste bien?- esa pregunta se me hace ilógica, pero sé que para él siempre es necesaria, tanto hacerla como que su respuesta sea completamente sincera.
-De maravilla- y se da cuenta de que es verdad, lo nota en mis ojos, lo nota al sentir mi cuerpo pegado al suyo. De repente me doy cuenta de algo; cada vez que llega de alguna  gira siempre es sexo, pasar un agradable rato juntos y ya, porque su prioridad siempre ha sido su banda.

  Suspiro para tratar de relajarme y olvidar ese hecho- ¡Maldición!- exclamo, de seguro ya es demasiado tarde. Sin pensarlo dos veces  me levanto rápidamente hacia el baño, una ducha rápida, un vestido fácil de ponerse y una simple coleta terminan siendo mi estilo del día.
  -Te llevo, amor- no sé qué decirle, es raro verlo en mi trabajo, más ir llegando con él al volante.
  -¿Estás seguro? Si no llevo mi auto de nuevo, tendrás que ir otra vez por mí.
  -Justo lo que me gustaría hacer todos los días- sonríe mientras se pone su chaqueta y me mira fascinado.
  -¿Qué ves con tanta fascinación?
  -Lo hermosa que luces tan sencilla, digo- trata de explicar- en tu trabajo suelen ir muy maquilladas, muy…zorras por no decir otra cosa- y ríe- pero tú…vaya que soy afortunado.
  -Basta de halagos señor “barbero”- bromeo- yo no puedo decir lo mismo pero…- veo su mirada confundida- siempre superas mis expectativas- y se alegra al verme sonrojada, sin duda, la reacción que más le gusta causarme.


  Al llegar al trabajo, lamentablemente una hora tarde, lo primero que hago es  reportarme con el Sr. Ford, todos mis compañeros me susurran “no” mientras me dirijo a su oficina, pero es necesario, para mí lo es.
  -No necesitas decirme nada- dice antes de tocar a su puerta, volteo y está detrás con un café en la mano.
  -Oh, señor, estaba a punto de…
  -¿De tocar? ¿De decirme que has llegado tarde?- interrumpe- no necesitas hacerlo, de hecho estaba a punto de hacer que Christopher  te llamara.
  -¿Llamarme?- pregunto confundida.
  -Sé que solamente te encargas del trabajo pesado del papeleo para que sea posible un buen contrato, lo que hace que la empresa siga creciendo- dice mientras se acerca a su enorme escritorio- pero en este caso te necesito en otro ámbito-
  -No entiendo…
  -Queremos ofrecer un contrato a una banda, no es nueva, pero sí complicada, al menos para mí- antes de seguir, toma un poco de su café y me mira captando mi confusión- esta banda- prosigue- tuvo una demanda por otra disquera, así que estoy a punto de correr el riesgo de ser su segunda disquera demandándolos, pero lo dudo. Con una advertencia es más que suficiente. Además, este contrato será más accesible, estos muchachos nos darán muchas ganancias- lo dice tan sereno, tan seguro de que será de esa forma- y necesito que estés en cada uno de sus pasos al grabar su nuevo disco- termina con eso, y me hace dudar aún más, yo no sé nada de grabar.
  -Pero…
  -Sólo estarás de supervisora. Y no acepto un “No” por respuesta. Así que, es mejor que te apures y te reportes con Chris, que está ansioso de firmar contrato.


  Asiento y salgo directamente al elevador, sé que su plan es diferente, quiere mantener al pie el contrato si es que se llega a firmar, sólo espero y Chris no esté furioso.
  -Hasta que te dignas a aparecer- sin duda está furioso, está parado con una carpeta color negro en la mano- para tu suerte, nuestros clientes no han llegado, se parecen a ti de impuntuales- intento ignorarlo, su actitud y su insistencia de imponer poder ante cualquier persona es desesperante.
  -Será mejor que esperemos adentro de la sala- digo sin esperar afirmación, me doy cuenta de que no estoy formalmente vestida para esta reunión, vengo muy casual, nada elegante, intento peinarme un poco en uno de los espejos que tiene la sala, aprieto un poco la coleta, pero opto por dejar mi cabello suelto, este vestido color azul me hace ver delgada de la cintura, las zapatillas de poco tacón hacen ver mucho mejor mis pantorrillas…

  -Deja de estarte viendo en el espejo, ya llegaron- escuchar a Chris me vuelve a la realidad y dejo atrás mis pensamientos, lo veo entrar y detrás de él un hombre vestido completamente de negro y cabello largo intensamente negro, pero por alguna razón capto muy tarde esa barba, de seguro fue a causa de esos ojos cafés tan llamativos que me llamaron la atención. Trato de ignorar los detalles y dejar de verlo tan fijamente, así que al segundo hombre que aparece lo paso por alto al igual que al tercero. Estoy bien parada, sonriendo y manteniendo mi vista fija en Chris.

  -Me alegro que hayan llegado, por un momento pensé que habían cambiado de opinión.
  -No, sentimos mucho la tardanza- dice el segundo hombre.
  - Tuvimos unas dificultades con el tráfico- agrega el primer hombre.
  -Muy bien- sigue Chris tan alegre- Tengo entendido que usted ha leído por completo el contrato y tiene algunas dudas que con gusto le aclararé- el tercer hombre comienza a hablar fluidamente, intento poner atención ya que estoy a cargo de mantener informado al Sr. Ford sobre todo, pero por alguna razón me pierdo y distingo a una mujer sentada al lado del tercer hombre, me siento tonta al no haberla visto entrar. Aquella mujer nota mi mirada y me dirige una sonrisa para volver a concentrarse en la conversación.
  -Perfecto- exclama Chris y de repente entro a la realidad, me hace señas de que les entregue el contrato que curiosamente recuerdo que Chris era el que lo tenía y lo pongo en las manos del tercer hombre, al alzar la vista siento que me mira fijamente aunque no logro descifrarlo por la obstrucción de sus gafas oscuras- Los dejaremos unos momentos para que lo analicen-sin decir nada más sale detrás de Chris para dejarlos solos.
  -Vaya…
  -Te llamé dos veces- dice Chris frustrado- y luego tuve que ingeniármelas para que no se dieran cuenta de que estabas totalmente perdida en otra cosa.
  -Lo siento mucho- veo el piso, no logro mirarlo de la pena- espero y acepten.
  -Y yo espero que estés más atenta, pasarás muchas semanas con ellos ¿Te intimidan?
  -No, para nada es sólo que…
  -No necesitas decírmelo, igual soy fan de ellos- se le iluminan los ojos al decirlo, suelta una sonrisa tan enérgica que me contagia- varías veces casi les pido un autógrafo y una foto, pero no, tengo que ser profesional. ¡Esto es un sueño!- exclama abrazándome, no sé qué hacer, así que sólo lo abrazo sonriendo, es la primera vez que lo veo tan alegre- Si fuera mujer ya hubiera besado a Jared- dice.
  -¿Jared?- y se da cuenta de que no los conozco tanto como él.
  -Sí, el último que entró, al que le entregaste el contrato- y asiento-  y me sorprendió- estaba a punto de preguntar el por qué lo había sorprendido cuando sigue hablando- te miró de una forma totalmente inusual en él- y parece haberme leído la mente- Tal vez y le gustaste.
  -¡No digas mentiras!- digo para luego  reírme- no soy ese tipo de mujeres que de seguro han de gustarle.
  - Estamos listos- dice el segundo hombre, de momento me da pena que haya podido escucharnos, pero Chris me jala para apresurar el papeleo.
  -Tenemos entendido que tendremos a una supervisora- comenta la mujer.
  -Si- Chris me señala, me presenta y yo solamente saludo amablemente- con ella podrán atender todo el asunto.
  Al terminar, festejan con un poco de Champan, regalo de la disquera.
  -Lamento no presentarme antes- dice el primer hombre acercándose a mi asiento, nota que no le pongo atención y toma mi copa haciéndome reaccionar- lo siento, estabas a punto de soltarla.
  -¿En serio?-
  -No- se ríe- pero así logré llamar tu atención.
  -Oh, lo siento mucho- digo apenada, me devuelve la copa y me levanto al ver que solo yo estoy sentada- Me llamo…
  -Lo sé, Madeleine- y de nuevo me apeno al no recordar que ya lo sabían.
  -El mío es Tomo- gira su vista hacía el segundo hombre que nos mira- él es Shannon y…
  -Yo soy Jared- dice el último hombre que se acerca a entrometerse a la plática dejando a Chris platicando con la mujer- el que te miró de una forma “Inusual”- recalca lo último y me sonrojo por completo, siento calor en todo mi cuerpo, de seguro lo nota- No te preocupes, me pareció interesante que tú no lo notaras- esos ojos azules me estaban hipnotizando, tenía que dejar de mirarlo si quería permanecer concentrada- entiendo tu ausencia en toda la reunión- sigue hablando tan seguro de sí mismo- no niego que yo también me estuve imaginando contigo en la cama pero…- y antes de terminar la oración siento mi mano derecha arder de dolor, cuando me doy cuenta, Jared tiene su mano derecha agarrándose la quijada y toda su mejilla izquierda al rojo vivo, sin duda alguna me mira con rabia y los demás con asombro, aunque Tomo mira enojado a Jared. Le había soltado una bofetada y segundos después me encontraba caminando furiosa por el largo pasillo, buscando refugio, deseando no soltar lágrimas de frustración.


Mi oficina estaba fría comparada con la sala de conferencias que ardía, me siento en mi silla y poso mi cabeza en el escritorio para sentir algo frío que me tranquilice y me quite el color rojo del rostro mientras espero a que el Sr. Ford visite mi oficina por primera vez para despedirme por arruinar el contrato, que sin duda no será firmado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario